Es una imagen recurrente en los mundiales de futbol, la de los aficionados japoneses que recogen la basura de los estadios una vez terminado cada encuentro deportivo, y en la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022, no fue la excepción.
A través de las redes sociales tuvieron efecto viral una serie de videos cortos en los que se puede ver a los nipones mientras recogen papeles, vasos y platos desechables, restos de comida e incluso banderas de otras aficiones.
La reacción de los qataríes, quienes capturan las escenas con sus teléfonos móviles, es de sorpresa, al grado de exclamar que “ni siquiera es su basura!”; otro asegura, “¡había oído hablar de esto, pero no sabía que era real!”.
¿Por qué recogen la basura en los estadios?
El motivo que alienta a los japoneses a limpiar los estadios obedece a cuestiones culturales, en uno de los clips compartidos, un local cuestiona su actitud, a los que un aficionado nipón responde: “Nosotros nunca dejamos la basura atrás, lo recogemos siempre porque respetamos el lugar”.
Esta forma de actuar lo viven los japoneses desde la escuela.
Los estudiantes están sentados con sus mochilas en sus escritorios, ansiosos por ir a casa después de otro largo día de siete clases de 50 minutos.
Pero llegan las últimas palabras del maestro: "Todos, a la limpieza de hoy. Las líneas uno y dos limpiarán el aula. Las líneas tres y cuatro, el pasillo y las escaleras; y la línea cinco limpiará los inodoros".
Unos cuantos quejidos surgen de la línea cinco, pero los niños se ponen de pie, agarran los trapeadores y cubetas de un armario en la parte posterior del aula y se van trotando a los baños.
Escenas similares suceden en escuelas de todo el país.
La limpieza también es una parte central del budismo, que llegó de China y Corea entre los siglos VI y VIII.
De hecho, en la versión zen del budismo, que llegó a Japón desde China en los siglos XII y XIII, las tareas diarias como limpiar y cocinar se consideran ejercicios espirituales, no diferentes de la meditación.
La afición japonesa ha había puesto el ejemplo de su cultura en el mundial de Rusia en 2018. Sin duda no sería mala idea que adoptemos estas prácticas en nuestra cultura.